martes, 15 de noviembre de 2011

Cuando estoy perra eludo, cuando eludo sueño, cuando sueño imagino nostalgias, cuando imagino nostalgias me pongo feliz, cuando me pongo feliz no puedo escribir, cuando no puedo escribir solo pienso, cuando solo pienso estoy triste. Y cuando estoy triste me siento perra. (O la historia de los botones)


Imaginando que estaba sola me comí el primer botón de la camisa que viste tus sueños, dejándoles el escote libre, para el regocijo general. Al ver que no estaba sola, pues me acompañaba el miedo a la dicha, de lo nerviosa que me puse enganché otro botón que se cayó, del verbo caer, soltando aún más esos sueños, dueños de un espejismo que no se calló, del verbo callar, después de oírme hablar. “Abróchate esa camisa” le dije. Pero el espejismo contestó que no se difuminaría con la cercanía cual oasis en un desierto, entonces más bien se dibujó intensamente y desbordó algunos de los sueños por el escote, rompiendo así un tercer botón. El cuarto y quinto restantes no fueron capaces de aguantar la presión ellos solos, saltando a mis manos en un brote de furia contenida. Tus sueños me inundaron en una explosión de botones, espejismos que no se disipan, y maravillas varias, convirtiéndose así también en sueños míos que haré todo lo posible por cumplir. Y sé que tú lo entiendes.

miércoles, 8 de junio de 2011

Muse Cherries

Y como no todo iban a ser cantantes relacionadas con el rollo bollo, o como a mi me gusta llamarlo, el otro r&b, pues estos días toca Muse. Eso y la fruta, que me obsesiona estas últimas semanas. Hoy han sido los cuencos de cerezas, todo el tiempo bajando a la cocina, subiendo con el cuenquito. Está claro que la temporada ayuda, que ahora viene todo lo más rico (para mi gusto) y la fruta fresquita apetece realmente. ¿A qué venia esto? Ah, sí. Muse.
Me gusta eso de sentir que amplias tus horizontes musicales, cuando vas enlazando con grupos que quizás habías oído pero no te habias detenido a escuchar, y con otros de los que en la vida habías sabido que existían y te preguntas ¿¿porqué?? con cara de dolor. Como nos estamos conociendo (Muse y yo), aún no me atrevo a decir cual es mi cancion favorita (o cuales). Pero de momento puedo afirmar que este temazo me eriza la piel, con un ritmo sexy y oscuro a la vez, y una letra de la que tengo que destacar indudablemente ese contínuo You set my soul alight, que da fondo a la canción y gran sentido a la letra.



He de decir que siento que he perdido el tiempo por no ponerme antes a escucharles. Pero bueno, intento pensar que el mundo musical es tan amplio, que necesitaba estar preparada antes de llegar a donde estoy ahora.

"Relato"


-II-

“Lo más absurdo para Laura fue haber imaginado por un instante que lo que ocurría es que la chica estaba interesada en ella… y verla de repente en mitad de la cafetería de la facultad besándose con aquel chaval de clase la hizo sentirse una auténtica idiota… ¡¡y también defraudada!! Pero, ¿porqué? 
A partir de entonces volvió a fijarse en ella, a observarla  y sentir unos extraños celos cuando la veía con Jose.”

     Era realmente increíble que estuviese con ese niño al que yo no soportaba desde el primer curso. Siempre me había parecido un poco niñato, y tampoco es que supiera nada de Sara, pero no creía que pegasen nada. Ella merecía más, ¿pero quién era yo para juzgar eso?
     La cuestión es que volví a las andadas, y esta vez con más fuerza. Cada vez que la veía, en clase o en cafetería, no podía apartar la vista de ella, e intentaba arreglármelas para que se diese cuenta de mi presencia. Unas veces me pillaba mirándola, otras veces me ponía justo enfrente de ella y charlaba animadamente con mis amigos para que lo notase. En clase la miraba descaradamente… Incluso alguna vez que coincidimos estando de fiesta me acercaba a ella con la excusa de hablar con Lara, una amiga que teníamos en común, y fingía ignorarla totalmente.
     Ese curso solo teníamos dos clases juntas y no estábamos en el mismo grupo de prácticas, así que no era fácil verla tan a menudo como quisiera.
     Yo seguía con mis cosas, con mi vida. Pero ella era un pellizco que tenía siempre ahí, ese toque que falta a veces para que en un día horrible tengas algún motivo para sonreír.
     Lo peor era cuando la veía con Jose: comían juntos a menudo, se saludaban entre clases… Ella sonreía cuando estaban juntos y yo adoraba y a la vez odiaba esa sonrisa.
     Así estuve un tiempo, rayándome con aquella obsesión que yo misma me había buscado, y además sin poder comentarlo con nadie porque era algo que ni yo podía entender, ni mucho menos explicar.

sábado, 4 de junio de 2011

Llamémosle "Relato"

Sí, no es para nada un buen comienzo para una entrada. Pero el relato al que se refiere esta sin terminar, por lo que no hay aún un título para él. Es algo que empecé a escribir hace tiempo, pero que ahora tengo aparcado. Lo iré revisando por partes... tal vez así me animé a crearle un final. Ahí va:



-I-
“Continuamente se cruzaban sus miradas; no había día en que de una forma u otra no coincidieran en los pasillos, en la biblioteca o el baño, y en alguno de esos encuentros (no tan casuales como se podría esperar) siempre acababan mirándose.

Ninguna de las dos sabía porqué… o quizás una de ellas sí; la que buscaba y propiciaba esos encuentros, la que levantaba la vista en el momento exacto para poder ver esos ojos verdes, la que se sentía avergonzada a veces por estar un poco obsesionada con todo aquel asunto…”

     La situación había empezado tres años atrás y curiosamente no había sido yo la primera en darme cuenta de la existencia de Sara, sino al revés. Teníamos unas prácticas de laboratorio en el mismo grupo, y un día noté que alguien me observaba… Sí,  esa sensación que no sabes como aparece pero que justo cuando miras encuentras unos ojos sobre ti. Y los ojos que me encontré ese día eran los de Sara; no me llamo la atención, eran un par de años menor que yo y tampoco me pareció que tuviera nada especial, así que no le hice mucho caso.
     Pero hubo más practicas, y siguieron sus miradas, y evidentemente una no es de piedra y la curiosidad me podía. Empecé a fijarme en ella fuera de clase; averiguar su nombre fue fácil, en prácticas solían pasar lista, pero tampoco podía preguntarle a nadie, así que tenía que conformarme con observarla. Mientras tanto, ella seguía mirándome con frecuencia, pero sólo en el laboratorio; una vez incluso se acerco a preguntarme una duda, fría pero amable. Le contesté, me dio las gracias y se fue.
     Paso el cuatrimestre y las practicas se acabaron, y con ellas mi interés por Sara. Los exámenes centraron mi atención, y en el segundo cuatrimestre no coincidíamos nunca (al ser yo de un curso más), y poco a poco deje de pensar en ella.
El verano pasó y también el curso siguiente, sin demasiado contacto. Tenía mil líos personales y no me daba cuenta de nada de lo que pasaba a mí alrededor, y mucho menos de la chica bajita y de ojos verdes con la que coincidí en “Producción primaria”.

jueves, 2 de junio de 2011

Título ambiguo

Mis tentaciones ahora no necesitan ser resistidas. Mis tentaciones, aunque sea una contradicción en sí misma, ya son legales. Ahora solo me tienta alguien a quién sí debo besar, a quien sí debo desear.
Lo que empezó como un conflicto (estar con alguien y desear también a otra persona), ahora es un regocijo.
Pero sigo en guardia, La tentación vive arriba y no debo olvidarlo. Suerte que el todo tira más que la parte. ¿O no? Bueno, a día de hoy puedo afirmar que a mi sí. Tampoco es una parte tan genial (antes lo parecía).
Mi parte es Sofía, ser mejor amiga de tu ex puede llevarse a errores, pero al menos yo ya no los cometo.
Mi todo ahora es Aliuj. Y esa frase tan sencilla, esas cinco palabras así conectadas, esas 18 letras que sueltas no significan nada, conforman ahora el porqué de mi felicidad. Aliuj. Ella. Mi todo. Mis mañanas y mis noches, aún en la distancia son para ella. De mis tardes no hablo, las paso estudiando.
Mis tentaciones ahora son otras, son cogerla de la mano y llevarla a lugares insospechados que solo junto a ella sé encontrar, y no salir de ahí. Mis tentaciones me dicen "deja todo lo demás y hazle el amor a todas horas, mírala a los ojos a todas horas, escúchala hablar a todas horas, ríete con ella a todas horas". Por ahora me sigo resistiendo a esas tentaciones, pero el simple hecho de tenerlas me hace estar pletórica. Llena de secretos. Llena de Aliuj.

Y a eso mejor no resistirse.

martes, 31 de mayo de 2011

I was a dreamer

La canción en sí misma, quizás no habría llamado mi atención por sí sola. Pero como siempre pasa con la música, cuando viene asociada a recuerdos se hace más fuerte, más linda, dolorosa, divertida o simplemente relajante... Esa curiosa capacidad que tienen unas sencillas notas al inicio del tema de transportarnos al momento en que empezó a significar algo más en nuestra vida. En este caso el enlace de sensaciones es aún más curioso, ya que Distant Dreamer, es la canción de la que hablo y se escucha al final del capítulo 7 de la sexta temporada de The L word, mientras Alice y Tasha bailan juntas. Esa escena siempre me ha conmovido hasta la médula, precisamente porque me recuerda a mi propia experiencia con Sofía. Por tanto, para mí Distant Dreamer es la época en la que yo creía que podía tirar sola de una relación. La época en la que el miedo a perder la amistad de una chica que lo era todo para mi, me impedía ser fuerte y romper con algo que ya estaba roto. Me transporta a esa noche en la que tras cenar con unas amigas, estuvimos ella y yo horas hablando en el coche sobre lo que era mejor para nosotras, y finalmente decidimos que ser pareja no era una opción; a los abrazos dolidos, las palabras no pronunciadas pero dichas con la mirada, los "te quiero pero esto no funciona".
Estar con alguien diferente a ti no es el problema. El problema está en la diferencia de situaciones sentimentales, por así llamarlas.
Con Aliuj, esto no es un conflicto... Cada segundo es maravilloso siempre, incluso cuando discutimos. Pero a ella no la asocio con esta canción, así que de eso me encargaré en otro post.

viernes, 27 de mayo de 2011

"Y es que la ciencia no funciona, sólo tus besos vida mia"

Aunque la añore a diario, también la siento cerca. Aún en los momentos en que la hecho demasiado de menos y me enfado por no poder mirarla a los ojos y decírselo, se que lo nuestro va a aguantar. Carros y carretas como se suele decir.
Las llamadas telefónicas, las charlas vía skype, los mensajitos de buenos días, las visitas cada dos semanas (si hay suerte dos findes seguidos, sino la hay toca esperar a la tercera semana). Pero sobre todo el pensar en ella, es lo que más me calma, el sentir lo bueno de nuestra relación, lo sana y completa que es (en contraposición a mi otra gran relación).
Llamemos "Sofía" a mi ex, y "Aliuj" a mi chica actual. Porque para entender el presente, hace falta conocer el pasado... Nadie mejor que yo misma para conocer mi pasado, pero rememorarlo no viene mal para poner las cosas en su sitio y evitar dudas y tentaciones absurdas.
Sin duda, hablaba de Aliuj en los dos primeros párrafos. Ella es una tentación en sí misma que no pretendo evitar.